sábado, junio 16, 2007

Parafraseando EL Padre Nuestro........San Francisco de Asis


Parafraseado al Padre Nuestro

Oh, santísimo Padre nuestro: creador, redentor, consolador y salvador nuestro.

Que estás en el cielo: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para que te conozcan, porque tú, Señor, eres la luz; inflamándolos para que te amen, porque tú, Señor, eres amor; habitando en ellos y llenándolos hasta la bienaventuranza, porque tú, Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien procede todo bien, sin el cual no hay bien alguno.

Santificado sea tu nombre: Sea claro en nosotros tu conocimiento, para que conozcamos la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la sublimidad de tu majestad y la profundidad de tus juicios. Venga tu reino: para que reines en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde tu visión es manifiesta, tu amor, perfecto, tu compañía, dichosa, el gozar de ti, eterno.

Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo: para que te amemos con todo el corazón, pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo a ti todas nuestras intenciones, buscando honrarte en todo y, con todas nuestras fuerzas, dedicando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo en someternos a tu amor, y no a otra cosa; y amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos, atrayendo a todos a tu amor, según nuestras fuerzas, , gozando del bien ajeno como del nuestro y sufriendo por sus males, sin ofender a ninguno.

Nuestro pan de cada día: tu amado Hijo , nuestro Señor Jesucristo, dánosle hoy: como recuerdo y entendimiento y reverencia del amor que nos tuvo, y de aquello que dijo, hizo y soportó por nosotros.

Y perdona nuestras deudas: por tu inefable misericordia, por la fuerza de la pasión de tu Hijo amado y por los méritos e intercesión de la bienaventurada Virgen y de todos tus elegidos.

Como nosotros perdonamos a nuestros deudores: y lo que no perdonamos plenamente, haz, Señor, que plenamente lo perdonemos, de manera que amemos sinceramente, por ti, a los enemigos, e intercedamos devotamente por ellos ante ti, sin devolver a nadie mal por mal y buscando en ti de favorecerlos en todo.

Y no nos dejes caer en tentación: oculta o manifiesta, repentina o habitual.

Mas líbranos del mal: pasado, presente y futuro.

Gloria al Padre etc.

La doxología de la oración más citada en la religión católica, que es mi religión, siempre ha ejercido una facinación especial pues me aclara su fuerza y confianza en Díos tal y como lo han venido explicando Santos de la estatura espiritual como lo es San Francisco de Asís, y con este motivo me atrevo a compartirla con ustedes.

El estudio de esta oración casí universal, me a acompañado en los días dificíles que he venido viviendo por el quebranto de la salud de mi Padre quien atraviesa por uno de esos males que nunca se sabe cuando terminarán con su maravillosa existencia.

Su fuerza me acompaña a mi y a cuantos la invocan en todo momento y me hace sentir la campañia divina de quienes no deberiamos olvidar que son todos los que estan sufriendo enfermedades graves y que los esta acopañando su fé y la providencia divina.

Sea pues este un motivo de reflexión, que les sea de gran poder y consuelo, son los deseos afectuosos del Profe.