sábado, mayo 27, 2006

Necesito ayuda divina: el profe




Necesito ayuda divina:

Al observar mi figura humana reflejada en un gran vidrio caminando con mi querida esposa enfrente de un lujoso restaurante campirano, en las instalaciones de una antigua hacienda mexicana de esas maravillosas que existen afortunadamente en las afueras de la ciudad de México, tuve una impresión muy reveladora y contundente.

Veras yo me vi reflejado a mis 56 años, con una gran panza y un tanto bajo de estatura (aunque mido 1.75metros) y regordete, con los pantalones de explorador color caqui militar un tanto trincados y desbordando mi bajo vientre, resaltado por una playera de un color azul pastel sin dibujos, que me envolvía como a los gordos comunes y corrientes.

Aunque me traté de consolar diciendo que varios hombres de mi edad sentados o caminando por esas mismas instalaciones, estuvieran la mayoría como de mi complexión la verdad sea dicha no me pude convencer de que podría ser uno más de ellos, porque en realidad no debo de estar así y desde luego con voluntad se puede mejorar no solo la salud sino también el aspecto, y eso ayuda a sanar otras cosas como la autoestima y el alma rota.

Por otro lado y eso quizás sea lo más importante, que otras veces me lo había notado y no me daba cuenta o no quería enfrentar que con los años y las compulsiones me he estado descuidando y alejado de una imagen que según yo poseía. (De joven fui delgado y buen karateca)

Me voy a tratar explicar mejor, mi mente me ha hecho pensar y sentirme como alguien que no soy en realidad.

Es decir, yo me concibo diferente más delgado, alto y joven, incluso hasta más atractivo de lo que en realidad soy en este memento.

Mi mente me hace pensar que soy de otra forma y con otras cualidades que desde luego ya no tengo o no de la manera que yo creo.

Lo anterior fue un “shock” de realidad para mi vanidad, orgullo y sentido de vergüenza para mi mismo. Por ello comprendí que sí quería hacer algo de veras efectivo y duradero tengo que pedírselo con humildad a Díos, el que todo lo puede.

De alguna manera de forma inconciente me he identificado como incompetente para sostener un proceso constante y duradero de mejoramiento de mi salud e imagen corporal.

En innumerables ocasiones me he iniciado en una serie de dietas y métodos según yo efectivos y cada vez definitivos y en realidad solo he obtenido resultados alentadores en pocas ocasiones.

He logrado reducir mi peso de 91 kilos a 79, hace 6 años que me supervisó una muy buena nutrióloga y ahora estoy en los mismos 91 o 92 kilos.

La diferencia es que en esos 6 años he oscilado de peso y de tallas de manera intermitente, especialmente cuando atravieso por problemas emocionales derivados principalmente de mis roles de jefe de familia y director de mi negocio de consultoría, al menos eso me he podido detectar.

No tienes una idea de la cantidad de libros sobre dietas e información en todas sus variantes que he reunido, así como los aparatos para hacer ejercicio que me he comprado, pensando que con ellos esta vez voy a lograr mis metas. También me e inscrito a un sin número de gimnasios deportivos y lo único que continuo haciendo es cada quince días, o una vez al mes, jugar al golf desde hace más de 20 años.

Los primeros días con la euforia e ilusión de armar o aprender a usar los aparatos mismos que cuando nuevos los he usado con una determinación inusitada, para luego al poco dejarlos lenta pero indefectiblemente, esa es la verdad, es mi verdad.

Adicionalmente hace pocos días me han detectado el colesterol alto y la glucosa en niveles un 10% superior al límite máximo permitido en hombres, y eso es muy riesgoso.

Así que esto es ya una situación muy diferente de cuando era más joven y el peso no me había ocasionado daños a mi sistema endocrino.

Ya tomé medidas médicas y tomo pastillas para controlar el colesterol que ya descendió incluso más bajo de lo normal, así como me están haciendo reducir los niveles de glucosa con medicamentos homeopáticos y una dieta combinada con ejercicio, que dicho sea honestamente no estoy siguiendo religiosamente.

Por ello he llegado a esta importante conclusión:

Yo he sido soberbio y falto de perseverancia en todo lo relacionado con las medidas dietéticas y físicas relativas a hacer ejercicio, he de reconocer que no estoy siendo humilde y no me he derrotado ante mi impotencia para controlar mi manera de comer y mi vida sedentaria. ( no consumo bebidas alcohólicas ni fumo desde hace 10 años)

Lo anterior lo he sacado en concordancia haciendo un paralelismo con los programas de autoayuda que siguen por ejemplo los alcohólicos anónimos.

He de reconocer que nunca le he pedido a Díos como yo lo concibo que me ayude porque yo solo no puedo con mi manera de comer y mi vida sedentaria. En tal sentido le pido ayuda a Díos con la siguiente honesta petición:

Díos mió, señor mió creo firmemente en tí y se que tu sí me puedes ayudar a hacer posible que me cuide, que enfrente todo este patrón de vida no sano que actualmente sigo, para que haga un verdadero y profundo cambio de mi persona actual.

Señor mió te pido con humildad y fe que me des la valentía para hacer las cosas sanas que necesito en cada ocasión de comida y en cada día que requiera hacer mi ejercicio, para también para cumplir con mis prescripciones médicas.

Se que esta vez, sí aplicó la buena voluntad tal y como me sugieren hacerlo los que asisten a los programas de autoayuda en AA. podré bajo tu amparo recibir la ayuda y la fuerza espiritual para hacer lo que tengo que hacer con amor y determinación por el bien mío y de los que me quieren.

Yo me he impuesto comprometerme públicamente en esta verdadera empresa, quizá la más importante de mi vida, porque en ella reside mi única posibilidad objetiva de seguir con vida sanamente y en equilibrio con mi manera deser y de percibirme.

Por ello, tengo que pedir disculpas a mis escasos lectores de Conceptos poderosos, por tratar estos asunto personales y hasta íntimos, pero me sugierenlos que saben de esto, hacerlo para desinflar mi ego y enfrentarme a mi realidad sin temor alguno confiando con esa llave mágica de la fe en Díos que todo lo puede, cuando se le pide de a de veras de todo corazón, y con la determinación de un hombre que con honestidad se inca y le pide su amparo y protección al que con su vida nos redimió y a su santa madre la virgen Maria que sabe de dolores y sufrimientos como nadie.

Han de disculpar nuevamente que haya tratado este asunto en público pero así de ese tamaño ha sido mi ego y vanidad callada y ahora debo exhibirlo; y con respeto pedir su afecto y comprensión para con esta determinación personal y poder vencer de una vez por todas, sin prisa pero sin pausa a estos defectos de mi carácter( la gula, el placer inmediato, la inconstancia y la pereza) que en 56 años no he podido equilibrar……..mil disculpas el profe…que incluso tendrá que dejar de tomar café por consejo médico, espero que por no mucho tiempo…..en fin todo sea por hacer cambios de personalidad verdaderos y honestamente logrados.

sábado, mayo 13, 2006

Vencer el miedo



En el corazón mismo del miedo -si es un miedo "vivo" y no paralizante- está la fuerza que nos ayuda a salir de él. Del mismo modo que en el corazón de la oscuridad está la pequeña chispa que se convertirá en luz.El miedo sólo paraliza cuando se le da un valor definitivo: hay miedo y nada más que miedo. El miedo abre paso al valor cuando se lo toma como una prueba: hay que aprender a ver los peligros, reales o imaginarios, para saber con qué o con quién combatimos. El miedo, en este caso, es una incitación al valor. Cuando sabemos a qué le tememos, podemos actuar para crecer y asumir el tamaño de lo que nos asusta.¿Que el miedo es el primero de los enemigos en el camino de la sabiduría? Ya lo sabíamos, pero hay que experimentarlo. La sabiduría no es llenarse la cabeza con ideas que nunca se aplicarán (precisamente por miedo o por cobardía, o por comodidad que es otra de las formas del miedo y la cobardía); sabiduría es aprender a vivir, a evolucionar, llegar a sentirse más firmes y seguros.Es evidente que para llegar a la sabiduría hay que atravesar muchos caminos desconocidos, hay que abrirse paso por la intrincada selva de las experiencias; quedarse atrás por miedo, creer que evitaremos estos encuentros con lo desconocido, es apenas aplazar el sentido inexorable de la vida, y para peor, vivir lo que nos queda por delante con la sombra permanente del temor, de lo que se pudo hacer y no se hizo a la espera del héroe interior cuyo nacimiento se abortó en la mediocre comodidad del que no quiso vencer obstáculos.La vida es un tesoro de sabiduría cuando se aprende a vencer el miedo en cada paso. Se trata de tu vida, de tus pasos. No tengas miedo.
tomado de :
(Filosofía para vivir : Nueva Acrópolis en el mundo)

Despues de algunos días auscente por razones de mis actividades retomo con mucho gusto mis colaboraciones, con un tema de reflexión "Como vencer el miedo", que especialmente en estos días de las grandes ciudades y de las no tan grandes nos aqueja y nos hace perder el optimismo y la belleza de la vida, por ello les invito a repensar para cada uno si es posible vencer nuestros miedos, porque si lo logramos, nos hará vivir intensamente cada día de nuestra existencia, y a nuestra vida le dará la luz que los que nos quieren desean y anhelan, los saluda sin miedo el profe, con su taza de café como todas las tardes