domingo, julio 10, 2005

Evadir el dolor de hacer lo debido, o estar dispuesto a recibir el castigo...

Evadir el dolor de hacer lo debido, o estar dispuesto a recibir el castigo por no hacerlo......oido en una sesión de terápia de grupo de trastornos de la alimentación cd. de México.
En esos benditos grupos de autoayuda que existen afortunadamente hoy en todo el mundo, a propósito de la invitación que me hizó una conocida mía en su aniversario de su recuperación del tema de la anorexia, me impresionó oir por primera vez la frase que cite al principio de este post.
En la ocasión que les narro la cual fue toda una experiencia y una lección de vida, mi amiguita, hija de un buen amigo mio una niña encantadora pero muy atormentada por las cosas de su mente y de la percepción equivocada sobre su figura externa, nos dió un testimonio de gran valor espiritual y desde luego práctico para enfrentar con un nuevo entendimiento las cosas de nuestras dependencias inexplicables.
Déjenme explicarme mejor, ella nos mostró cómo a pesar de saber lo que se debe hacer y lo que no debe seguir ocurriendo, la enfermedad sin tratamiento, sin catársis, sin terápia de grupo, puede seguir hasta la muerte, aunque suene fuerte y dramático, pero es la realidad cruda, de muchos casos, quien no recuerda a Karen Carpenter, cantante norteamericana de maravillosa voz que junto con su hermano se hacian llamar los Carpenters.
Ahora me explico, cómo uno puede estar harto con su figura y abdomen que repudia a diario, lo digo por mi, y saber que debo parar de "tragar" ciertos carbohidratos y harinas refinadas o bebidas gaseosas, grasas indebidas, así como reducir cantidades y me digo que ya no lo voy a continuar haciendo, y sin embargo me zampo unas galletas azucaradas o de chocolate, o bien me como unos tacos que son mi perdición.
Es increible que uno sepa concientemente que la figura con los años, se deteriora y que la falta de ejercicio hace estragos por el sedentarismo y el exceso de comida chatarra, todo ello va formando o más propiamente deformando nuestro cuerpo y la salud física y con ello se pone en riesgo la salud mental, y sin embargo lo sigue haciendo aumentando el castigo o mas´propiamente el autocastigo, por no querer corregirlo.
Al grado de preferir seguir sufriendo el castigo al ego, la salud, la vanidad o en su propia dignidad, y hasta en el bolsillo, en vez de enfrentar el dolor de no seguir haciendo lo indebido en las cosas de la alimentación, o en algunas que se puden considerar hasta de adicciones, por ejemplo el cigarrillo o las bebidas alcohólicas.
Parece que el tema es muy sensible y desde luego lo és, y yo no pretendo abordarlo como conocedor de estos desordenes, pues soy un ignorante de esos temas, y no me siento capáz de manera alguna para hacer recomendaciones, sin embargo no puedo más que compartir con ustedes lo que fue esa experiencia al asistir a esa bendita reunión que me abrió los ojos del entendimiento y de la razón para aceptar esos conceptos poderosos, para parar el sufrimiento.
¡Más vale enfrentar y aceptar el dolor de hacer lo que se debe, a pagar el castigo por no hacerlo! Cuesta mucho pero vale mucho.....vale la vida o al menos su calidad
Esto lo podemos transportar a mil cosas de nuestra vida diaria y de nuestros hábitos nocivos o tóxicos, se puede llegar al convencimiento de que algo o alguien nos hace daño, y eso es un gran paso, pero esa experiencia espiritual debe acompañarse con la acción trasformadora que nos haga evitar seguirnos haciendo o permitiendo ese daño, como ellos nos exhortan.
En mi país se dice con regular frecuencia, un refran muy conocido para estos casos, "Más vale una colorada, que mil descoloridas", de una buena vez hacer lo que tenemos que hacer aunque duela y ya no seguir aceptando el castigo por no superarlo, sea lo que sea, saber que no estamos sólos que si necesitamos ayuda, siempre habrá alguien dispuesto a tender la mano, y lo más importante cada quien a su forma o concepción puede tener y contar con su poder superior, como ellos dicen, para que le ayude a resolver estas cosas que nos hacen infelices.
Bueno creo que me puse un poco melodramático pero es que el tema no es para menos, o tú qué opinas, que tal si dándole unos sorbos a ese cafécito de gran ároma y calidad, nos platicas tu opinión, que como siempre es la que en realidad cuenta......al menos para mi, que hoy está más dispuesto hacer lo que debe y no lo que le gusta. Con todo respeto el profe

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